lunes, 26 de julio de 2010

Estado febril

Tengo fiebre. Sí, lo sé, no debería tenerla por estas épocas, pero la tengo. Mi cuerpo parece no darse cuenta de que estamos en verano. Tengo fiebre y me duelen las articulaciones. Debería estar en cama, tomar algo. Ponerme a dormir. Descansar. Descansar de todo. En estos casos, ya sabéis, si una está enferma no pasa nada, todo son exageraciones. "Exageras", decías. "Todo tiene que ser dramático", comentabas mientras sonreías con sorna. Sorna. Ahora no exagero. Antes tampoco. En cambio cuando tú estabas enfermo parecía que se acabara el mundo. Nada más importaba. Había que atenderte fuera como fuera. Los demás no importaban. Sólo tú. La enfermedad lo era todo. Reposabas en la cama con cara de víctima. Con cara de tirano. Con cara de manipulador. De chantajista. Me desvivía. Hacía lo que hiciera falta y más. Y... y, rezaba para no estar enferma, para no tener que soportar y... y recordar, recordar, recordar, tu desatención. La falta de escrúpulos. La falta de sensibilidad. Rezaba para olvidar. Para engañarme. Para no recordar quién eras. Qué clase de persona eras. Con olvidar bastaba.

domingo, 18 de julio de 2010

Todo lo que quedará



Una rosa es una rosa es una rosa...

viernes, 16 de julio de 2010

¿Él o ella?

Quizá no lo habéis pensado. Quizá. Pero estaba dentro de los posible. Quizá habéis disimulado. No sé si es la forma más adecuada de decirlo. Se daba por supuesto. Se daba por hecho. No había duda. Pero podía haberla. Cuando dije. Recordad. Recordad. Cuando dije que jadeaba encima mío se daba por supuesto que era él. Quizá. Ahora os digo que era ella, era ella la que jadeaba encima, pegada y sudorosa. Era ella. Todo lo peor que puede ser un hombre también es todo lo peor que puede ser una mujer. Cuantas cosas sucedieron hasta que di con ella. Antes siempre estaba de camino a un lado u otro, a tientas y a locas, siempre con prisa e impaciencia. Ella me paró. Estoy parada como una tortuga. Soy incapaz de volver a correr. Estoy parada. Él me paró. No es una cuestión de sexos. Entended cómo varía la perspectiva. La imagen cambia. No, no era un hombre, era una mujer. No, no era una mujer era un hombre. Sorpresa. Sorpresa. Entended que en el fondo tanto da, hombre o mujer, el amor liquida y se acaba igual. Imaginad lo que queráis. Nada cambiará los latidos del corazón. Mi corazón.

viernes, 2 de julio de 2010

Dolor de corazón

Me dolía el corazón. Todavía me duele. No: no debería dolerme pero se obstina, es testarudo, se resiste a olvidar. Quizás ha sido el esfuerzo excesivo. Un mal día. ¿Un mal día? Si sólo fuera uno. Malos muchos. Quizás el trabajo es demasiado para mí. Quizás eras demasiado para mí. Ahora. Ahora mismo. Todo me parece excesivo y sin sentido. Demasiado. Me costaba andar a tu lado. Me cuesta andar ahora también. Temo que me costará andar toda la vida. Tendré que volver a aprender a andar. De pronto, todo me parece una tortura inútil. Para qué. Para qué. Y sobre todo. Sobre todo. Para quién. Yo no soy excusa. Yo no soy quién.