viernes, 2 de diciembre de 2011

El sueño de esta noche

Todo empezaba así. Así. Sin más. Agua. Oigo el agua caer. Será en la ducha. Sí, es en la ducha. Me voy acercando. Muy lentamente. Voy lenta. Oigo también voces. Oigo voces pero no me asusto. Ya sé, es raro. Sólo tengo curiosidad. Mucha curiosidad. Abro la puerta. Delante mío dos chicas desnudas. Se enjabonan una a la otra. Sí, hay mucho jabón. Sólo tengo curiosidad. Nada erótico. Oigo cae el agua, Agua. Lo más curioso es que una de ellas lleva una máscara de payaso con pelo rubio. ¿Un payaso aquí? Y pienso, sí, un payaso porque también lleva bigote. No entiendo nada. Un bigote. Un payaso con pechos y bigote. Pero también es una chica. Todavía con más curiosidad, Curiosa. Miro hacia abajo. Claro. También lleva zapatones de payaso. Empapados. Entonces el agua deja de caer. Silencio. Las dos chicas se paran. Me miran. Empiezo a sentirme incómoda. Silencio. Tengo miedo. Ganas de irme. El payaso. La chica con máscara de payaso empieza a pisotear el agua con sus zapatones, Primero con suavidad. Sigo mirando. No puedo moverme. Más rápido. El ruido me molesta. Me molesta. Todavía más rápido. Con los zapatones. No puedo irme. El bigote. El bigote parece estar vivo. Se mueve. Al ritmo de los zapatones. Tengo miedo. Nunca me han gustado los payasos. El ruido es cada vez más ensordecedor. Me tapo las orejas. Intento gritar. El chapoteo sigue. Sigue. Y sigue. Intento gritar. El bigote. La máscara. Lo zapatones. No puedo más. Me despierto. Así me desperté ayer por la noche. Nunca me han gustado los payasos.