viernes, 4 de octubre de 2013

El miedo ante el espejo

Una especie de almacén en penumbra. Un almacén como el de las películas, con poca iluminación,  y vigas de madera. Hay demasiado silencio, demasiado para ser real. Me rodea un círculo de personas, algunas conocidas, otras no. Calladas. Estoy en medio. Creo que me miran. Desde las sombras me miran. Cruje la madera del techo. No, es el suelo. Es el suelo. Alguien se separa del grupo y se acerca. Y sí, lo habéis adivinado, estoy soñando. Un sueño más. Espero que no sea una pesadilla. Otra más. Digo que se acerca. Lo oigo acercarse. Hasta que se sitúa frente a mí. No lo reconozco. Y no sé, no sé si me reconoce. Lleva la cabeza cubierta con una capucha. No dice nada. No le veo mirarme pero me mira. Seguro. Seguro que me mira. No habla. Pero lo oigo. Amenaza con hacerme desaparecer. Nadie volverá a verme. Yo tampoco. Nunca. No volveré a verme nunca más. Ni en los espejos. Estarás muerta para todos. Dice sin hablar que vivirá para verme muerta. Él, ella, qué importa, lo dice. Viviré para verte muerta. Estoy desnuda. Ahora estoy desnuda. Debería temblar. No tiemblo. No temblaré. Saben que no temblaré. No muestro debilidad. Desnuda. Sin debilidad. Fuerte. Con fortaleza. No tiemblo. Me miran. Miro a quien me mira sin mirarme. Respondo a lo que ha dicho sin decirlo: "Podrás hacer muchas cosas, podrás probar todo tipo de cosas; podrás acostarte cada día con una persona diferente, con varias personas si lo prefieres, consumir todo tipo de drogas, beber hasta la ebriedad. Tú, podrás, podrás porque estás vivo. Aunque quieras morir. Morir. El tiempo pasará. No tendrás nada. Y yo, que estoy muerta, lo tendré todo". Despierta. Ahora despierta. Me despierto. No sé si lo tengo todo o no tengo nada. Si estoy viva o muerta. Y lo que es más angustioso, no sé lo que sería mejor. No lo sé, en serio.  Me acerco al espejo sin saber si podré verme, si esta será la última vez que podré verme o la primera en la que no me veré. Ahora levanto la cabeza. Desnuda. Viva o muerta. No sé lo que veré. No tiemblo. El espejo frente a mí. Me espera.