jueves, 3 de junio de 2010

Me entusiasmé demasiado pronto

En algún momento perdiste todo el interés. Nada te interesaba. Nada. Lo que menos yo. No tenías ganas de hacer nada conmigo. No tenía ganas. Creo que se puede entender. Deberíais poder entenderlo. ¿A qué se debió esa falta de entusiasmo? ¿Soy culpable de algo? Seguramente, de no haber dado por terminada la relación cuando debía hacerlo. De nuevo, sí, me repito, debía hacerlo, debía hacerlo antes, antes. Antes de que me contagiaras la falta de entusiasmo. Un apático es triste. Dos apáticos no tiene palabras. Somos cobardes, es la verdad. Si, sabéis que es la verdad. No estar sola, la obsesión de no estar solos. Aunque ya no quede nada de pasión ni de ilusión. Ilusos. Ilusa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario