lunes, 14 de junio de 2010

La pradera

Se extendía ante mis ojos. La pradera. Podía verla. La pradera. Mañana húmeda ante mis ojos. Mañana. Los horrores de la noche se habían disipado. De la noche. De la noche. El día era peor. Lo peor era afrontar el día. El día. No había pradera. No había nada delante. Sólo el día. Sólo. Lo sabéis cada mañana al levantaros. Estáis solos. Estaréis solos. El día. Mejor que no amaneciera. Mejor la noche con horrores incluidos. Sin pradera.

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